Venas de reservorio, una gran ayuda para los pacientes oncológicos
El cáncer es una de las enfermedades más extendidas en el mundo y afecta a muchos pacientes que necesitan tratamientos médicos para mejorar su calidad de vida. En este sentido, es fundamental hablar de las venas reservorio, que permiten un acceso directo a los vasos sanguíneos, y representan una gran ayuda para los pacientes oncológicos.
¿Qué es?
Una vena reservorio es un dispositivo médico que se coloca en una vena ubicada en la parte superior del cuerpo, generalmente el hombro, el pecho o el brazo. Sirve para llevar medicamentos, como quimioterapia o fármacos transmucosos, directamente al torrente sanguíneo y evitar el doloroso proceso de las inyecciones en las venas o las terapias intravenosas.
Ventajas
Una vena reservorio ofrece diferentes ventajas a los pacientes con cáncer, tales como:
- Transferencia más fácil: Como una vena reservorio se ubica permanentemente en una vena, es mucho más fácil la transferencia de fármacos. El catéter se coloca una sola vez, y ya no es necesario encontrar venas convenientes para las transferencias.
- Manejo más seguro de enfermedades: Las venas reservorio brindan una forma más confiable de monitorear y controlar el nivel de quimioterapia del paciente, ya que no hay contacto entre el medicamento y los tejidos.
- Elimina la ansiedad: Al contar con un dispositivo que permite transferencias directas, el paciente evita la necesidad de ser inyectado y por lo tanto se siente más cómodo con el tratamiento.
Tres tipos de vetas de reservorio
Actualmente, existen tres tipos de vetas reservorio:
- Puerto de acceso subcutáneo: Se coloca en el tejido subcutáneo, y es el que se usa para adultos y adultos. Puede permanecer durante meses o años.
- Catéter tunelizado: Este tipo de catéter se usa para adultos y adultos, sin embargo, puede permanecer más tiempo que el puerto de acceso subcutáneo.
- Puerto implantado: Se coloca en el tórax, y se suele utilizar en tratamientos muy intensos o en pacientes que necesitan tratamientos de larga duración.
Las venas de reservorio son de hecho una gran ayuda para los pacientes oncológicos. No solo ofrecen la ventaja de una transferencia directa de fármacos y medicinas, sino también de reducir el riesgo de infecciones y eliminar las molestias causadas por las inyecciones que consumen mucho tiempo.